domingo, 19 de febrero de 2012


 
En este año 2010 en la Sala Luján Pérez se celebró una Exposición-Homenaje al pintor grancanario Julio Viera, con obras de su período Sancristobalino. Nacido en 1.934, en época de Entreguerras, pasa su infancia en el barrio de San Cristóbal de la capital de Las Palmas y, aunque autodidacta, estudia dibujo, pintura, escultura en la Escuela Luján Pérez y, ya comienza sus periplos por Bélgica, París, Berlín, Moscú, Roma, Venecia, Madrid, exponiendo en los más importantes países de Europa, quedándose a vivir definitivamente en Palma de Mallorca. Ante la figura de Julio Viera, nos planteamos su actitud ante la pintura y su actitud ante la vida. El actúa en todo momento con su propia voluntad, sin ajustarse a unas normas o leyes concretas, consciente de su espíritu surrealista. Recrea su mundo  imaginativo, con el mar presente, aludiendo a su origen en el barrio marinero de San Cristóbal. El surrealismo ha dado su fruto en las Islas,  Óscar Domínguez, Juan Ismael, Jorge López,  Paco Juan Déniz, etc.; luego, en España, Miró, Dalí, Picasso, y en Europa, André Masson, De Chirico, Magritte, Tanguy, Max Ernst,…que consiguen la plasmación de la irrealidad mágica y poética, en la que por medio de la representación de objetos dispares y extraños entre sí, nos sugiere un desconcierto, abierto a lo desconocido, con una capacidad visionaria mostrando un mundo onírico. La obra de Julio Viera es de un surrealista de gran colorido y de  dibujo portentoso. Recordamos las afirmaciones de André Breton en su Manifiesto en 1.922: “El surrealismo es puro automatismo psíquico, por medio del cual se intenta expresar la verdadera función del pensamiento. Pensamiento dictado en ausencia de todo control ejercido por la razón y fuera de todas las preocupaciones estéticas o morales.” Julio Viera en sus pensamientos escribe recordando a las pinturas del Bosco o Archimboldo en el Museo del Prado, así como nombra la “arquitectura líquida” del genial Gaudí. Se comporta como una esponja que va calando en su interior todo lo que se presenta ante su curiosa mirada, ávida de conocimiento. Orlando Hernández Díaz Director de la Escuela Luján Pérez

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